Un relato desgarrador y minucioso en el que Manzoni hace una crítica feroz de la tortura institucionalizada, acompañado por la sublime nota preliminar de Leonardo Sciascia en la que advierte de la desgraciada actualidad de la tesis de esta novela: «Decir que el pasado ya no existe ?que la tortura institucional ha sido abolida, que el fascismo fue una fiebre pasajera que nos ha vacunado? es de un historicismo de profunda mala fe, cuando no de profunda estupidez. La tortura sigue existiendo. Y el fascismo sigue vivo».