Go, Nuria

Toda mi vida —para bien o para mal— la he construido día a día sin el amor ni la ayuda de nadie. También dejo constancia de que he conocido muchos hombres buenos, pero, por desgracia, a mí me tocaban los que no lo eran tanto. Mi pasión siempre han sido las letras y esta pasión me sirvió para poder expresar mis sentimientos más remotos y dolientes sobre papel y así poder sacar todo el dolor que arrastre una gran parte de mi vida. Mis estudios son básicos, leer, escribir, restar, sumar, multiplicar y dividir es todo lo que aprendí hasta que cumplí los catorce años, cuando empecé a trabajar en una fábrica de hilaturas. Con veintitrés años, ya era madre de dos chicas y un chico, soy abuela de seis nietos, todos varones. Creo firmemente que la edad no representa lo que eres, sino lo que has sido y eres capaz de hacer. Poder publicar este libro es un gran reto para mí y una de mis muchas ilusiones.