«Los más jóvenes no se han cansado de proclamar en los últimos años la estricta actualidad de Valle, y ven en los esperpentos la  más segura vía de un teatro crítico.»
Antonio Buero Vallejo
Escritas con pocos meses de diferencia, en 1919 y 1920, después de una  prolongada crisis creativa, las dos piezas reunidas en este volumen son  unánimemente consideradas la cima del teatro de Valle-Inclán, lo que  vale por decir que se cuentan entre las cumbres indiscutibles del teatro  español (y europeo) del siglo XX, sobre el que han ejercido una persistente influencia.
Por vías distintas -pues sus escenarios respectivos son la Galicia rural  y el Madrid de la bohemia modernista-, las dos marcan un punto de  inflexión en la trayectoria de su autor, que funda a partir de ellas una  estética propia, el esperpento, con la que aspira a  captar «el espíritu trágico de la vida española».