La vida. Siempre la vida. La vida hecha pasión. La vida como carne, como sangre. La vida como el tiempo ido. Como el tiempo enamorado. Retazos deslumbrantes de un pasado que ahora se hace presente en los versos de Néstor Lombardi. En la voz antigua y nueva de un hombre que siente la piel estremecida de la nostalgia en la palabra, en el verso.