El autor de estos tratados ilumina el prodigioso infierno de la obra cervantina, un infierno donde el diablo y sus secuaces toman formas a veces esperadas pero casi siempre impredecibles. La posesión demoniaca, el ritual del exorcismo, lo objetos fáusticos, la satanización de las minorías y los vericuetos del bestiario diabólico son sólo algunos de los temas que comprende este viaje al corazón de las tinieblas literarias. Afincado en los rigores de la más pura tradición cervantina, este libro es, sin embargo, una sucesión de asombros, una prueba más de cuánto tienen todavía por decirnos la obra y la compleja fe de Miguel de Cervantes en Dios, Satanás y, sobre todo, en la literatura.